Un muralista que descubrimos caminando por Valparaiso

Un muralista que descubrimos caminando por Valparaíso, Chile. Frente a la casa donde estamos hospedados Mario Celedón, estaba pintando un Mural más.

Frente a la casa donde estamos hospedados hay una pared que esta a medio pintar, en los días subsiguientes un hombre se sentaría en la vereda e iría terminando el mural. Un grupo de casas, la bahía al fondo, colores, barcos, Valparaíso que a parte de tener los más intensos paisajes, vistas de la bahía y sus calles, tiene murales donde se repite la belleza.

Mario Celedón, esta pintando en la calle Hector Calvo 779. a pocos metros en la esquina otro mural de Mario, unos metros más allá, en la puerta de” la Sebastiana” otro mural.

“Llevo 30 años pintando, hace 10 que hago murales, soy autodidacta. Si bien fui becado en el Palacio de la Alhambra de Santiago y escuela de Bellas Artes de Viña, mi paso por esos lugares fue fugaz, la vida social de la enseñanza no es lo mío, lo mío es pintar”.

Murales

Trabajé siempre con el turismo, les vendo cuadros o retratos. A la gente le gusta que los retrate y se llevan cuadros, haciendo Murales me hice conocido.

De hecho fuimos descubriendo murales de Mario por todo el cerro Bellavista, abajo en la calle Ferrari 78 tiene su taller, y esa esquina es un cuadro vivo imperdible para el visitante.

También por la Av. Alemania, saliendo del cerro Bellavista, apenas pasando el mirador de los Italianos al hay otro mural de Mario, este lo pago una familia para que quede ocupando todo el frente de la casa. Siempre trabajé con el turista, los cuadros me dejan una extraña sensación porque han viajado a todo el mundo, a países que ni conozco. Los murales no es lo que más me gusta pero permanecen en Valparaíso y creo permanecerán aún cuando yo no esté.

“Luego del terremoto, por ejemplo, no venían mucho turistas, entonces aproveché para hacer murales”.

Hago también retratos con lápiz, me da un contacto con el turista, los retratos los hago gratis, en ese tiempo me cuentan cosas personales, y luego siempre quieren llevarse un cuadro.

“La gente se va, eso da pena. Me da tristeza por los cuadros, se van y ya no volveré a verlos”.

“Me gustaría viajar para pintar, que me lleven, por ejemplo, para hacer murales en otras ciudades, en hoteles, en restaurantes”.

Todo lo que Mario nos contó lo hizo sin dejar de pintar el muro. Mario como otros artistas son el Valparaíso que fuimos a ver.

Guillermo Daniel Contreras

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