Daniel Raffo, una historia de blues en Buenos Aires

Daniel Raffo, una historia de blues en Buenos Aires Febrero 2017, en un bar de Caballito. Daniel es un hombre robusto, altamente simpático y no para de demostrar su agradecimiento por la nota y un gran entusiasmo por el blues, del que no dudamos está enamorado.

De Chile

Ya hace 10 años que viajo a Chile. Allá hay mucha solidaridad de los músicos. La mayoría de las veces he ido por producción de amigos. Una sola vez armó la gira un productor y no nos fue bien. Siempre he ido a Santiago pero, en 2009, nos fuimos por la ruta hacia el norte. Esa vez fuimos hasta La Serena; conocí la costa.

Toqué con músicos emergentes. Se olía lo nuevo,  la frescura. Eso es lo  que más me gustaba. Aquí en buenos Aires estaba todo como de vuelta. Allá el Blues estaba emergiendo, toqué con “Anacruza”, una banda de chicos jóvenes que acababa de ganar un concurso nacional.

 Viajé con una banda “Magnolia”,  que aún hoy está  tocando. Su bajista  Fredy Muñoz ahora  se dedica al blues tradicional. Me gusta de Chile un guitarrista que se llama Christian Orellanas, un músico para tener en cuenta y Nicolás Guernekink, de “los Swinger”. Hay muchos que, a pesar de que trato, no puedo, en este momento, recordar. Soy injusto con los que no nombro.

Así comenzó su charla, en un bar de Caballito. Daniel es un hombre robusto, altamente simpático y no para de demostrar su agradecimiento por la nota y un gran entusiasmo por el blues, del que no dudamos está enamorado.

Buenos Aires

La movida del blues en Buenos Aires se instaló hace tiempo.  Cuando comencé, tenía atrás a Pappo,  Manal, Miguel Botafogo y Memphis. Yo arranqué en el 83; soy una segunda, casi una tercera generación. A esta altura, llevo 34 años tocando.

            Me sorprendió siempre lo importante que fue el rock argentino en el resto de América. En donde estés, ponen clips de los 70 o de los 80. Hablo de esto para darnos cuenta de la importancia del rock argentino. Yo viví siempre muy enfrascado en el Blues. Ahora ya no soy un fundamentalista, ya abrí mi cabeza a otras cosas. Yo toco Blues, escucho de todo pero solo toco blues.

El mundo del blues es muy amplio: hay blues lento tipo balada, onda BB King, o hay onda Boogie. En realidad son muchas variantes. Yo me dediqué a los tres Kings: Fredy Albert y BB . Me gusta el Texas Blues, del que Stevie Ray Vaughan es un exponente. Originalmente, tenían vientos; era un blues muy fino, disfrutable.

Hay un guitarrista, Duke Robillard, que me maravilla, él hacía Jazz y blues. En los 60, vivía cerca de Woodstock y siendo muy joven armó una banda: “Roonfull of Blues”, que era como una habitación llena de blues. Escucharlo a él me sumó sonidos.

            Cuando comencé a tocar, veía la música desde el rock.  El blues desde el rock lo descubrí desde los ingleses, los Rolling [Stones] entre ellos. Todo se lo adjudican a Muddie Waters, pero la movida viene de muchos músicos callejeros de  Mississippi, que para mí  es como el Tigre.  Hay una película  “Cadillac records” (película que cuenta esa parte de la historia del blues).

Esa generación hizo conocido el blues. John Mayall es uno de ellos. Los Stones se conocieron escuchando discos de blues en el puerto. Eric Clapton era muy freddy King. Los próceres son muchísimos. En “Original American Folk Blues festival”, están los mejores registros de esos próceres.

En el rock, caía algo de blues.  Había algo de Country Music, se mezclaba con el rock. En Buenos Aires, en algún momento, el blues tomo su espacio: “La Betty Blues Band”, “Memphis”. Hace 5 meses, toqué  con el maestro Gaitán. 

El blues está instalado, tiene identidad propia. En el 88, conocí al guitarrista de “Don Cornelio y la Zona”. Ellos no hacían blues; él era fanático del blues, pero no era lo que tocaban. Tenía una disquería que después fue mía y una colección de blues importante. Estaba en la misma cuadra de la pizzería de “Moscato, pizza y fainá”.

Cuando yo comencé, las bandas de blues eran “La Mississippi”, “Memphis”. Yo grabé en el disco “Banda de Garaje”. Con “Ley seca” (mi banda), toqué con “Durazno de Gala” y ahí me enteré de que Miguel Botafogo estaba en Buenos Aires. Me anoté para estudiar con él, pero fui solo 2 clases. Sí  lo visite muchísimo y seguí aprendiendo a su lado. Era ir todas las semanas y terminé tocando con ellos. Miguel siempre se portó muy bien conmigo.

En los 90 con la banda “King Size”, quedé haciendo solo blues tradicional. En el 95, Adrián Flores creó  del mítico club “Special Blues”. Estaba trayendo a los músicos de la jungla de Chicago; no a los más conocidos. Él se mandó con unos ahorros a buscar: entró a la casa de Hubert Charles Sumlin, lo atendió la mujer (apenas hablaba inglés) y lo convenció de venir. Luego, no paró de traer bluseros a Buenos Aires.

Yo abrí en el 93 el show de Hubert, que era guitarrista de Howlin Wolf. Era tan respetado que cuando murió, en 2011, Keith Richards y Jagger se hicieron cargo de sus funerales. Se peleaba siempre con Wolf y se salía de la banda, después volvía. Siempre llevaba una corbata con la cara de Wolf que tenía la frase “esta despedido”.

En el 91, estuve en la conferencia de BB King. Y, en el 95, comenzaron a traer al club músicos que aquí nunca hubiésemos visto. Ahí, tocando con ellos tuve mis clases de blues personales. Con esos atorrantes, yo gestaba mi currículum de blues; no lo podía creer. Fue un momento que disfruté, lloraba cada vez que bajaba del escenario.

Video de Claves del Sur

Chicago

Hace 4 años, fui por primera vez a Chicago. Cuando fui, me conecté con los que habían tocado aquí. Ellos me invitaron a tocar en el festival de blues de Chicago, en una carpa de una fundación de blues para chicos. Me pusieron de primer  guitarrista toda la sesión. Era un verdadero sueño. Fueron 4 días completos en los que casi no dormí. Hay un blog donde registré toda esa experiencia. Se llama “Daniel Raffo desde el blues”.

http://danielraffo.blogspot.com.ar/2016/08/viaje-al-festival-de-chicago-en-junio.html

Por las noches, recorríamos los bares. No sé cómo sobreviví a la emoción de ver a tantos.

Información importante

Hoy, en Buenos Aires, el blues en se puede escuchar en  lugares como  “Mr Jones Blues  Pub”  en Ramos Mejía. Ahora cerró el “Velma Café”; aún está  “Tabaco’s” en San Telmo. Aquí a tres cuadras “Che yo te avise”, un bar de amigos donde toco seguido. Las bandas van abriendo lugares, mis alumnos me tienen al tanto. Hay una movida importante del blues. Hay muchos monstruitos de alrededor de 30 años. Conocido masivamente sigue siendo Pappo o Miguel Botafogo, pero hay un blues siempre emergente en los bares.

El 30 de marzo, toco con el cantante Lorenzo  Thompson en el “Caras y Caretas”. Y este show es para todos. Él vino a tocar en  Bariloche. Aprovechamos que está cerca para juntarnos aquí. Hay una persona importante en mi carrera: Laura Lagna Fietta,  mi esposa. Ella hace todo, prensa, manager, show,  se encarga de armar estos conciertos. Hace 12 años que estamos casados: su trabajo es extraordinario.

Laura es nieta de Hector Lagna Fietta, músico argentino que en los años 50 se radicó en Brasil y participó de la movida de la bossa nova.

Voy a estar en un festival de blues en junio, y hay propuestas: uno en México y otros conciertos que aún no puedo decir.

En mi carrera, tengo grabados dos discos y  dos DVD.  El primero se presentó en 2010, “Daniel Raffo King Size y otros”, hay varios músicos invitados. Ese disco cuenta con dos temas míos.

Pasan unos años (en medio fui a Chicago) y unos amigos me dicen que en una radio  pasaban el disco mío, era la cortina que había elegido  Mario Pergolini para su programa. Yo conocía “Vorterix” y admiraba a Mario, y que él me eligiera me parecía fantástico. Hablé con la producción, a la semana siguiente me invitó a su programa. Yo aproveché a promocionar el disco. Me preguntó si solo tenía un disco, le dije que ya estaba  preparando otro. Y, entonces, Mario  me regaló al aire el tiempo de estudio de grabación para hacer el segundo disco.

De golpe, tener el estudio Spinetta a mi disposición era un reconocimiento hermoso. Me emocionó. Soy muy agradecido, me duele la ingratitud. Una semana del estudio disponible para mí era algo para agradecer.  Fui con la banda, redondeamos lo que faltaba y salió “Raffo Blues”. Casi todos temas míos, dos versiones: uno de blues tradicional de BB King y otro de Harrison en forma de blues, sin letra.Tocaron en este disco también Manuel Fraga, pianista de Jazz y Zeta Yeyati, Rulo García y otros amigos.

En julio último, salió un DVD que se hizo en 2015 en los festejos de BB King. Éramos 21 músicos, llenamos La Trastienda. El show fue uno de los mejores de mi vida. Pusimos tres vientos, un piano un Hammond, varios cantantes. Participaron Daniel Raffo, Juanito Moro, Nacho Porqueres, Tavo Doreste, Guido Venegoni, Jose M. “Fisu” Azpiazu, Ruben Medina, Mauricio Petruzzi, Leonardo Longhi, Daniel Allevato, NaniMoser.

Próxima grabación: se está mezclando y editando una toma en vivo en  “Che yo te avisé”. Pronto va a estar en venta.  

lauralagnafietta@hotmail.com

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