Literatura
Tacheles, un mundo entre dos mundos

Tacheles, un mundo entre dos mundos

Nuevo libro de Guillermo Contreras. En el que recorre la vida en KünstHaus Tacheles, la emblemática Casa del Arte ocupada por músicos y artistas de Berlín la década siguiente a la caída del muro.
En Berlín tras la caída del muro abundaban edificios, galpones y fábricas abandonadas. En los galpones esperando que los descubran todo tipo de materiales neones, papeles, lámparas, cables. Motores, bombas de agua, autos, aviones de combate, jeeps, motos, anfibios en desuso.
Se ocupan edificios abandonados, se generan nuevos agrupamientos sociales, se prueban acciones comunitarias, expresiones artísticas individuales y grupales. Creando un ambiente postapocalíptico, fuego, música, un mundo reconstruido entre dos mundos en decadencia.

Poema:  Árbol

Poema: Árbol

Cada hoja es un consejo, cada rama un camino,
yo también soy árbol padre y
aunque perdí tu sombra siendo aún retoño
mis raíces son la tuyas,

Poética de los Orcos – Convocatoria

Poética de los Orcos – Convocatoria

Un expresidente argentino al querer advertir a los grupos de resistencia populares utilizó el término “orcos”, término con el que definió a todo el que salga a la calle a protestar por las decisiones tomadas. Como buen patrón de estancia menosprecia a cualquiera que se le ocurra desobedecer sus órdenes. El entiende por desmanes la acción de salir a caminar por las calles con niños en brazos para pedir que se los escuche.

La huelga de las Putas de San Julián, 100 años después

La huelga de las Putas de San Julián, 100 años después

El 17 de febrero de 1922, Luego de haber fusilado a unos 1.500 huelguistas, el teniente coronel Héctor Varela “decidió premiar a sus soldados con una visita a los prostíbulos de la zona” y pidió “que prepararan a las “pupilas” para recibir a los soldados. las Trabajadoras Sexuales de la casa de tolerancia La Catalana del Puerto de San Julián, se negaron a prestar sus servicios a los militares que reprimieron y asesinaron a los peones rurales durante las huelgas en Santa Cruz. “Con asesinos no nos acostamos” les gritaron a los soldados desde la puerta del prostíbulo. Así lo registró Osvaldo Bayer en su libro “La Patagonia rebelde”.