Nuestra cultura tiene la desvergüenza de auto-proclamarse culta, preparada, evolucionada, moderna, devota e inteligente. En los libros se habla de civilización denigrando su significado. Creemos y difundimos que somos el logro de años de evolución, como si esta mentira social en la que vivimos pudiera medirse un centímetro más arriba de cualquier cultura anterior cuando casi seguro estamos por debajo de muchas.
Existe una cofradía generada por la unión de mega-empresarios reunidos para generar un nuevo paradigma alimenticio. Todo comenzó hace poco más de 50 años en un hotel Suizo, con vista a los imponentes Alpes.
El decreto para cuidar de la integridad de los caballos nada decía de los caballos forzados a correr carreras, o a llevar un jinete que juega a agarrar una pelota con asas, y menos de los caballos utilizados para espectáculos tradicionales de doma, el problema eran los caballos de los pobres.
Nace el término generación Trilenials, que abarca a todos los argentinos que vimos los tres mundiales donde Argentina salió campeón 1978, 1986 y 2022. Hermoso privilegio que incluye haber visto el camino de dos monstruos como Maradona y Messi llegar a estas dos obras de arte.
Este mundial está sucediendo en diferentes espacios del tiempo, ¿será algún defecto del código que nos mueve? ¿Serán las pruebas previas de separación de universos mientras preparan mundiales en los que cada uno veremos una realidad diferente? Imagino en el futuro en mi habitación Argentina gana 1-0 y en la de al lado va perdiendo.
Claramente el hombre en la antigüedad tenía mejor relación con sus dioses al no ponerlos en situación de tener que elegir, toda la humanidad tira de la misma sotana, como mucho hoy dividieron en tres o cuatro dioses, cada uno atiende varias guerras de sus creyentes.
Extrañamente, al igual que hoy día, el hombre perdió la capacidad de elegir gobernante pensando en sus propias necesidades y las de su entorno social.
No es mejor ni es peor
es hija del invierno, y madre del verano
Gui
“El mundo no se hace con grandes generales y sus ejércitos; ahora sabemos que el mundo se hace con Madres e hijos”
del libro “Postales de América” de Guillermo Contreras.