Los obsecuentes quieren imponer la discusión, creen importante romper el discurso, que no fueron 30.000 que eran menos, suponen que rompiendo esta botella, todo su contenido queda negado.
A ver, que la botella está llena no hay duda. ¿Cómo pueden pensar que cambiando el número de desaparecidos taparán con una mano la valentía de las madres, la paciencia de las abuelas?, el dolor de ambas no puede ser tapado de ninguna manera.
¿Qué les da el número? Si hubiera sido uno solo, pensemos que si se hubiera mandado a buscar a uno solo de los desaparecidos, llevado a una dependencia de gobierno, de ahí a campo de mayo, todo esto con los ojos vendados, mientras la familia sin saber dónde está, las ventanas oficiales donde pueden reclamar están cerradas. Por la noche lo drogaron, lo subieron a un avión medio despierto medio dormido, una vez en vuelo lo tiran al vacio , abajo el río de la plata ancho, marrón, expectante para recibirlo.
Uno solo es un crimen terrible, aberrante.
O una mujer embarazada, una sola llevada por la tarde, sacada de su casa, sostenida con vida en una dependencia del estado hasta el día del parto, ese día el bebe es sorteado entre los amigos, entregado clandestinamente a una “buena” familia. La madre será ejecutada.
Solo dos casos, crímenes terribles.
Las madres y abuelas son y serán ejemplo para nuevas generaciones. No hay forma de tapar con un dedo la montaña.
Guilermo Daniel Contreras
Dibujo de Gustavo Contreras, poema Guillermo
0 comentarios