Icono, del griego «eikon» significa literalmente imagen; desde la época Bizantina identifica una imagen sacra. Es la biblia en línea y color; representa la tradición de los santos de la historia cristiana. Forma parte integral del rito bizantino (u ortodoxo) y su Liturgia.
El icono se usa en modo privado como ayuda a la oración y meditación de los misterios y verdades de la fe cristiana. En la actualidad son apreciados por los creyentes y no creyentes de occidente por su gran valor estético, simbólico y espiritual.
La técnica del icono paso rápidamente de la época en que se realizaban con cera de color (encáustico) a la técnica de tempera o temple al huevo. Es un medio de difícil dominio pero considerado insuperable para la realización de un icono tradicional. Los pigmentos naturales en polvo, se preparan con una emulsión a base de yema de huevo de gallina. La pintura o literalmente, “la escritura» se realiza sobre soporte de madera cubierta con yeso. El fondo generalmente dorado y las aureolas de los santos son generalmente de hoja de oro 23 Quilates. Una vez dibujada la imagen sobre este soporte, se comienza con la pintura a partir de los colores base más oscuros, culminando con los colores más luminosos.
El dibujo sigue cánones propios sobre anatomía, perspectiva, arquitectura y naturaleza con el propósito de obtener una percepción espiritual y transcendental a la dimensión material.
Existen otras técnicas iconográficas relacionadas con mosaicos, frescos y murales
Gustavo Costanzo
Fecha nacimiento 24/7/49. Lugar. Capital Federal. Argentina. Iconógrafo. Formación iconográfica en el Monasterio Melkita «Lavra de Netofa» Galilea, Israel. Miembro de esta comunidad monástica desde 1987 a 2001.
2001 a 2003. Tiempo sabático en Potenza, Italia en la ermita «Casa de la Madre de Dios» en la localidad de San Fele.
Intensa practica iconográfica de iconos portátiles, frescos y murales.
2004 al presente . Radicado en Ciudad Jardín, Palomar. Buenos Aires donde continúa trabajo iconográfico.
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