Rubén Gaitán

Nota del 2015 - Pasé los 90s tocando Blues hasta que en el 2003 paso lo que conté con los Ratones, esa fue otra historia, luego de tocar en River vinieron otros shows y toqué en Obras el tema “el Vampiro”, se graba en vivo, yo al tiempo me entero que estaba quedando lindo el video, y ese tema fue el simple de difusión. Con la carga de que mis amigos me decían el vampiro, entonces todos pensaban que Juanse la hizo para mí

Cuando el sueño logrado es el piso, Rubén Gaitán

Juanse de Ratones Paranoicos viene de parte de Botafogo a tomar clases de armónica. Y un día me dice “maestro viene a tocar con nosotros”.  Yo le pregunte ¿ que tema?, ¿ que tonos?. Me dice “Venga y vemos ahí”. Era por Libertador, voy y como yo vivo en un mundo aislado no veo tele, no estoy al tanto de lo que pasa en general, no sabía dónde era que íbamos a tocar. Llego al lugar y buscaba un bar, un Pub, como no lo encontraba llamo al manager y le digo “Soy Gaitán, Juanse me dijo que venga y no se”- “Si, si Gaitán entre por Udaondo, y búsqueme al fondo, es la entrada del costado de la cancha de River”. Era el Quilmes Rock 2003 y toque ante70.000 personas, una locura. Ahí comencé a acompañarlos, y toque con los ratones los siguientes 10 años.

          Rubén Gaitán nos cuenta de esa forma su entrada a los escenarios grandes. Pero la búsqueda del sueño comenzó allá por los 80s con un “Amor a primera vista”.

Tocaba piano y guitarra, estudiaba música clásica. Trabajaba en ADDIAS en finanzas, estuvo ahí muchos años, cursaba 3er año de administración de empresas. Un día viendo una película, un soldado saca una armónica. Eso fue suficiente, surgió la pasión, locura, visión, misión. Esa noche solo pensó en aprender a tocar armónica. “Para ese momento tenía todo patéticamente armado, casarme, tener hijos; casa, auto, trabajo, la muerte segura. Yo en eso estaba feliz, hasta ese momento había hecho lo que creía que quería. Hay quienes están en contra del sistema, en contra de todo, yo estaba bien, solo que necesitaba otra cosa”.

Y nos cuenta su historia a partir de esa decisión.

Tomé la decisión drástica, me fui a la nada, al día siguiente de conocer la armónica, pensé lo peor que puede pasar es tocar en un bar para 5 borrachos y enseñar, pero en ese trayecto puedo perderlo todo, pero necesito tiempo para aprender, para practicar, necesito todo mi tiempo

Si me va mal de última vuelvo a emplearme. Pero todos pensaron que había enloquecido. Volví al trabajo y renuncié. Nadie entendía nada, los compañeros de trabajo pensaron que estaba loco. ¡Dejó todo para tocar la armónica!.  Armónica que no tenía, y que no tocaba aún. Era todo una situación muy loca, para los demás peor. Deje la facultad, y me encerré a aprender a tocar armónica. Compré una armónica económica, pedía libros o discos a en disquerías especializadas y a esperar que lleguen. Me obsesione. Luis Robinson me dio unas clases, hasta que dijo ya más no te puedo enseñar más, yo iba por más, quería más. El cambio fue mucho, salí de mi zona de confort, y quede en la nada. Querían internarme, querían tratarme, pensaron seriamente que estaba loco. Si estaba obsesionado. Llegue a comprar un soporte de armónica para poder practicar mientras me hacia la comida, para no perder tiempo. Estudiaba como cuando iba a la facultad, estudiaba a full. Pero me fue terriblemente mal, perdí todo, vendí el departamento, llegué a dormir 10 días en la calle.

Los dos primeros años fueron para destrozar mi vida anterior, luego de esos años comienza a aparecer oportunidades, llega el ”Blues Especial Club” me invitan a tocar, en realidad no habían armoniquistas en esa época, yo buscaba los sonidos autóctonos del Blues. Varias veces tuve que replantearme lo que había aprendido como bueno, por ejemplo Cotton en el 94 me hizo replantear lo que hacía, y volver mis estudios a cero. Fue un proceso experimental, no había internet, eso de buscar un video, ver como se hace y aprender. El método era a prueba y corrección

En esa época “Blues Especial” y “Betty Blues Band”, banda que tocaba Jueves y domingos en Betty Blues, un pub muy concurrido. Me llama Alejandro García que era dueño de Betty Blues, me pide que haga ahí el show, que hagamos zapadas, que pasan a ser fijas jueves y domingos, arrancamos y después se llenaba, iba un montón de gente. En los 90 había mucho blues.

Era conocido, y sin embargo no me alcanzaba para comer y repartía en bicicleta recibos de luz. Tanto que una vez llevo un recibo a un taller mecánico y el que lo recibe me dice “Maestro, ¿es usted? “ El jueves lo vi en Betty Blues.

          Tuve la suerte de tocar con varios músicos de afuera, Larry Klein, Dean Myer, y a partir de Betty blues todo comenzó a generarse.

Tenía cientos de alumnos, daba clases de 9 a 21 hs. Todo seguía siendo una locura, tal vez todo llego a buen puerto pero podría haber terminado como un loco tocando en la plaza, Fue mucho riesgo. La armónica era el eje de todo, había enamoramiento. Era mi camino, tenía que mantenerme.

Abrí el primer instituto de armónica, era tanto trabajo que pensé “Tengo que poner alguien más que enseñe conmigo”. Yo daba clases en Ricordi, Aquiles un alumno arquitecto me ayudo a buscar algo para alquilar. Vamos a ver un departamentito en Viamonte al 1600, lo veo, me gusta, ya lo veía como instituto y al salir me dice -hay otro, más grande, arriba-. -No sé-, lo vemos y era todo un piso, “No, no”, es lo que digo de entrada, pero mientras salíamos ya estaba organizando el de arriba. Mi pasión me ganaba, ya estaba organizado el alquiler del grande y su funcionamiento.

Al mes me dicen que sí, pero el dueño quería hablar conmigo, lo primero que me dice es de unos que quisieron alquilar un local para peluquería y haciendo cuenta lo que pensaban cobrar  no lo podrían pagar, me dice “un cachivache”. Luego de eso agrega ¿Cómo lo va a pagar? Le conté mi plan, al detalle estaba todo planificado, miró todo y comenzó a hablarme de la armónica que tenía el padre, se copó con la idea, y es más me dijo “va a poner un solo deposito, y si algún esta ahorcado usamos ese mes para que pueda irse tranquilo”, eso nunca pasó. No aceptó garantías, y así comencé con el instituto.

El instituto aún está funcionando, por ahí pasaron cientos de alumnos.

Pasé los 90s tocando Blues hasta que en el 2003 paso lo que conté con los Ratones, esa fue otra historia, luego de tocar en River vinieron otros shows y toqué en Obras el tema “el Vampiro”, se graba en vivo, yo al tiempo me entero que estaba quedando lindo el video, y ese tema fue el simple de difusión. Con la carga de que mis amigos me decían el vampiro, entonces todos pensaban que Juanse la hizo para mí, pero ese tema los ratones lo tenían hace mucho. Fue bueno, fue simple de difusión, y ahí pase a ser un invitado fijo con los Ratones, los 10 años siguientes con ellos. Tuve la oportunidad de tocar con Charly, con Spinetta, Fer de Catupecu. Tocar con Juanse me abrió las puertas de otro mundo. Mundo que es muy diferente al Under. No hay escalones, pasas de tocar ante 100 personas a 50.000, del Pub a River, entre el Under y tocar con los grandes la diferencia es mucha. El mundo es otro. No parábamos, tocar aquí y allá, viajes de un show a otro a más de 1000 km de distancia. Viaje a España, Méjico, Paraguay Uruguay. Recorrí la argentina, conocí muchos músicos, aprendí mucho.

Una mañana habíamos tocado en Calafate, caminamos el glaciar y a la noche estábamos  en Córdoba haciendo el Cosquin rock. Así de un lado a otro. Esa adrenalina es hermosa. Esa adrenalina hoy la provoco llegando sobre la hora al supermercado, por ejemplo.  Pero no es la velocidad de aquella época.

En 20 años una historia fuerte. Con el hijo de Muddy Waters, Matt Morgan con el me hice amigo, y escucharlo en la trastienda, un sueño. Los sueños pueden cumplirse, pero el sueño es la base, hay más después de los sueños. Mi sueño era tocar en un bar con unos borrachos escuchándome y dar algunas clases. El resto fue agregado y es disfrute total.

Armé todo mi mundo alrededor de la armónica, no solo tocar, sino la parte docente y las necesidades, mi hermano es luthiers, por suerte él se dedica a eso, fabricamos micrófonos para armónicas, valijas, cinturones, 4 libros cd de armoniquistas. Toda la tabla tura, y esto no hay en el mundo, la idea es transcribir uno por mes. Sé que aporte mucho, pero es tan poco comparando con lo que sigo soñando. Es tan poco el tiempo que tengo, eso me desespera. Hice un grupo cerrado de armónica para dar cosas, gratis, ni publicidad hago, solo pongo cosas que le interesen a los armoniquistas. Ahí solo doy. Me pide cifrado de tanto, si no lo tengo lo saco y lo pongo. En estos días pongo un tutorial para el cifrado, y me desespera no tener tiempo. Hoy toco en Quilmes y es tocar o grabar el video. Tengo que elegir.

Antes no había material, hoy hay acceso, internet facilita mucho. Ante lo que yo hago era más valioso, hoy se puede buscar en otro lado, por eso elijo bien que libros, busco sacar material que aún no exista.

Siempre un paso más de exigencia, el riesgo del primer día se repite día a día. Todo se balancea, no siempre gané, he perdido más veces, he fracasado más veces de las que tuve éxito, y no me preocupa fracasar, eso me hace llegar al éxito. Prefiero fracasar y aprender cada vez que arranco con algo, después es más difícil recuperarse si se equivoca.

Muchas veces tuve que replantear todo para convertir un fracaso en un éxito. Esta escuela, la de Olivos fue un fracaso cuando comenzó, me di cuenta entonces reconvertí todo, hasta el cartel que era muy chico lo tuve que cambiar, pero se transformó en un éxito, está en buena zona, está trabajando bien, y aquí también doy mucho en las clases. Hoy este lugar es mi centro de operaciones. Aquí de lunes a sábado tengo gente siempre, no todos quieren ser músicos, quieren aprender y se quedan a seguir aprendiendo, de aquí se van felices, gente que creía que eran músicos frustrados hacen música, a veces no estudian en la casa, practican aquí, aunque no avancen mucho llegan a preparar un tema para fin de año y se van felices. Aquí yo estoy, me ven, me conocen, no es como el otro instituto donde en el año a veces no veía a la gente, eso no era lo que quería, por eso el otro instituto lo dejé.

¿Después de Ratones?  Vino en el 2012 después de la separación de Ratones mi disco “Tuve que hacerlo”, se llama así porque tuve que hacerlo, Juance me lo propuso y fue el productor, y el disco se grabó en “El cielito”, un gusto porque es un lugar emblemático donde todos soñamos en grabar. Me ayudan Juanse, Dani Suarez (bersuit) con su voz. Vino Manu de Mancha de Rolando y se ofrece para grabar juntos un tema. Sarco, Roy y Memi (Ratones) grabaron un tema,  la batería de Heber Vicente. Juanse le graba coros a una canción y graba algunas guitarras, y Arito Rodríguez graba el resto de las guitarras, así que es un disco bien acompañado. Disco que debemos publicitar más, porque ya estoy obsesionado con el segundo disco.

Ahora ando de giras con mi banda. Este verano estuve tocando con “Jóvenes Pordioseros”. Estoy recorriendo el país girando. Grabe el disco con Ferpita (Heroicos sobrevivientes)  y puse armónicas en grabación de “Mancha de Rolando”. Este fin de semana toco con una banda “Luz Propia” otra noche de rock and roll.

Ando solo, con mi banda o toco en el interior con bandas locales, eso me hace conocer muchos músicos del interior. Los costos de ir todos es mucho, por eso contacto músicos de la zona y tocamos, les mando el disco, lo estudian y tocamos juntos. Doy clínicas, show con músicos de los lugares con escenarios llenos. Son fiestas de amigos,

Para el nuevo disco ya están los temas seleccionados, se va a grabar en San Luis enla casa de la música, un estudio hermoso. Allá hay una escuela de rock, se llama “Norberto Pappo Napolitano”, todos chicos, yo ahí he dado clínicas, y toqué en la fiesta de fin de año. Grabé un tema ahí y me enamore del lugar, ahí quiero grabar la banda mi voz y la armónica, traerlo para acá y aquí sumo los invitados. Es mi forma, invito a todos. Me divierto haciendo esto.

Viéndolo en el escenario es el director de orquesta, maneja los silencios, los ritmos, ”Sé que soy así, así lo siento, yo tengo en mi cabeza como debe sonar, y trato que se toque lo que voy sintiendo. A veces me pongo rustico, difícil, pero la banda suena así”.

En esto no existe sobrevivir, es vivir dignamente. Reflexiona sobre todo lo que le dio a la armónica, y él dice “todo lo que me dio a mí la armónica”

 Guillermo Contreras para la Revista de Los Jaivas

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