La vereda del Sol (1976)
Se lo llevaron hace mucho, éramos muy jóvenes aun. Jóvenes pero no tontos, sabíamos que había mucho por cambiar. Koke creía en todos, en cada uno de nosotros, músicos, escritores, plásticos, el arte era parte de su vida. Dibujaba maravillosamente bien, escribía y pensaba intensamente. “Lirios” era una comunidad que en principios de los 70’s nació de un grupo de vecinos entre 15 y 20 años, jugábamos a ser hippies en un país donde hasta eso era peligroso. Koke no solo fue parte de la comunidad, fue generador de la idea, puso el nombre, y siempre aportó organización y buena música. Le gustaba JethroTull, le gustaba la buena música. Pero principalmente le gustaba la gente, ayudar al que necesita era su objetivo. Con el sacamos una revista de poesía y dibujos, “La Vereda del Sol” Junto a Gustavo, Folk II, Koke y yo. Pero viendo hacia atrás koke era la mitad de Lirios, era la mitad de la Vereda… era la fuerza de cambiar el mundo.
Si hoy falta honestidad, si hoy falta solidaridad, si hoy faltan opciones, es porque un día, hace mucho tiempo, se llevaron a los buenos, se llevaron los mejores pensadores, los mejores generadores de vida. Hoy falta Koke, y muchos como él.
Guillermo – 2016
Encuentro (1978)
A las tres de la tarde, plaza Italia, un banco mirando de frente a la Rural. Koke, que ahora vive en Palermo va a estar ahí, no sospecho que va a ser nuestro último encuentro. Para evitar ser vistos, luego de alcanzar las últimas migas de pan a las palomas, salimos caminando por Santa Fé. A las pocas cuadras vemos pasar una camioneta con soldados sentados atrás, tres de espalda a otros tres mirando a los costados.
Seguimos hablando, los ignoramos, ya está cerca el mundial. Koke me cuenta cómo piensan resistirse durante el certamen. Hablamos del cumpleaños, me pide disculpas porque piensa que cierto trato con unas amigas de él podía no haberme agradado. Ellos tuvieron algunos juegos, caricias, realmente a mi me había agradado verlos. Mi conciencia Cristiana era más importante para él, que era ateo, que para mí que era joven.
Hablamos de que debía irse, aseguró que no lo haría; yo le recordé que en el cumpleaños el padre se lo había ofrecido, salir del país era la única forma de preservarse.
Recuerdo que él me contó que ahora se sentía parte del pueblo al que amaba.
Quedamos en reencontrarnos. Antes que pase un mes Koke era secuestrado en la zona de Ballester. En realidad de esto yo me enteraría casi diez años después.
Aún queda pendiente el reencuentro. En algún lugar del planeta o fuera de él, pero una promesa a un amigo no se olvida.
De «Postales de América»
Guillermo – 2001
Amigos, ( 2015 )
Ya las seis de la tarde, después de un día de oficina, camino por la avenida presuroso de llegar al subte, como huyendo de una realidad sofocante. Suena el celular –Recién pasó tu hijo- alcanzo a escuchar y luego escucho que llora, en medio del llanto no logro entender nada. Me asusto ¿Cuál de mis hijos? ¿Qué habrá pasado? – Soy Norma, Norma Nakamura- logra decirme y ahí caigo, la hermana de Koke . Ahora el que tiene la voz cortada soy yo, respiro, camino más lento.
Logro armar la situación, el día anterior mi hijo menor, me dijo que vio en el cine el documental “los 16 Nikeis” y que creía que podía encontrar a la hermana de Koke. Hace 36 años lo secuestraron, desaparecido. En estos años me casé, nacieron mis hijos, guardé cuadernos con escritos de ese tiempo, con dibujos, hay un dibujo hecho por él en uno de los cuadernos. Hasta la primera edición de mi libro estuvo dedicada a “Koke , el amigo que no está”.
Le sorprende a Norma que mis hijos hablen de Koke como si lo hubieran conocido. En varios días de charla, ella cada tanto se afloja y llora, está reencontrándose en mi relato con los últimos años de su hermano. Pienso que por algún extraño designio guardé tantos recuerdos para servir como una pieza más en la triste reconstrucción de una familia a la que le robaron un hijo, un hermano.
Ella había reconstruido la historia de militante de su hermano, yo le conté una faceta desconocida, Habíamos hecho una revista de poesía y dibujos, formamos una comunidad donde se dibujaba, escribía, hacia música, donde nos juntábamos los fines de semanas a charlar, guitarrear, comer pizza, cerveza. Esta comunidad tuvo un nombre, se lo pusimos sacado de una frase que él escribía por todos lados “Rock de-lirio”, la comunidad se llamó “Lirios”.
Norma, sorprendida me pregunta -Conociste a Koke menos de tres años ¿cómo tenes tanto de él en tu vida? A lo que yo no respondí pero supe la respuesta. Fuimos amigos.
Guillermo Daniel Contreras – 2015
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