EL PASO DEL TIEMPO
Las persianas bajas:
Mi pueblo está viejo…
Canastas con ruedas:
Los brazos cansados…
Las viejas recorren
las calles del centro
por esas veredas
que ayer retozaron.
El mismo camino
de hace tantos años,
pero hay caras nuevas,
otras se marcharon…
Los cabellos blancos,
miradas perdidas:
Tal vez escrutando
que fue de sus vidas…
Volver a la casa…
Preparar comida,
que vendrán los nietos
y en lo de la abuela:
Les espera siempre
¡La mesa tendida!
Nely
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VESTIDA PARA AMAR
Besos largos y profundos
que me dabas en la boca
y yo toda como loca
me sentía estremecer.
Eran horas de mi vida
que vivía con locura
el romance de una dicha
me llenaban de placer.
Más los años que han pasado:
Y yo toda muy viejita,
me quedé con los recuerdos,
ilusiones de un pasado,
que me hacen padecer.
No te espero…y me muero
angustiada y sin anhelos,
soy tu novia que ha llorado,
¡El vestido y el amor!
Agustín Hernández
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TU CARIÑO
Con el alma soñando
y el corazón palpitando
ella…lo encontró una mañana,
entre risas y gorjeos.
Entonces le dijo:
Que placer es verte de nuevo,
con tu gentil sonrisa
y tus ojos tan alegres.
Leo en tu memoria,
momentos muy felices,
cuando allá entre montañas…
vivías amando.
Han pasado tantos años,
pero bien lo sabes,
que siempre regreso,
a conversar contigo.
Has crecido en el cuerpo,
en espíritu y mente…
pero siempre…siempre,
guardas celoso tu alma de niño.
Se que soy tu primavera,
que te emociona hasta el delirio,
me escondes muy dentro tuyo…
es así, como siento tu cariño.
Oscar Méndez Brand
21-08-2011
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Ramón; el Lechero de mi
Barrio
Ramón sale al patio; su madre
riega las plantas que adornan la entrada de la casa en dos grandes
macetas ligadas a
izquierda y derecha de la puerta; una de ellas cargada de
jazmines y la otra con violetas radiantes de color.
Al costado izquierdo las glicinas llenan de vida al entorno del
jardín..
Pascual, su sobrino ,le ayuda
a cargar en el carro lechero los tachos estañados ,pesados por su previo llenado. No olvida
nunca, antes de cerrarlos , acercarlos a una canilla cercana, para
agregarle agua a la leche y“ estirarla”, dice él,; “siempre pura
“ante cualquier suspicacia de las clientas; responde enojado ,“
Señora, esta leche es pura
y fresca como la lechuga que tengo en mi quinta”…
En el fondo está “ Pregunte”,
su caballo, que espera
ser enganchado a las varas del carro para salir al
reparto.
Todo listo; Ramón abre el
portón, sube al carro y azuza a Pregunte para animarlo. El primer cliente, Don
Segundo lo está esperando , ¡ Hoy no te puedo pagar, porque viene mi
hija a comer conmigo ; gasté mucho en la carnicería y en el almacén
de Don Paco; disculpame
, Ramón ¡! Después te lo
pago!
Sus clientes nunca andan
derechos en su economía
y le piden fiado; Ramón
anota la deuda en una libretita ,que pronto la cambiará por
otra mejor y más grande , para evitar la constante pérdida , que lo
aflige cuando no la encuentra ;!ésto no es vida, esto es pura pérdida, exclama compungido!
Cuando Ramón pensaba abrir el último tarro del
reparto, en un desnivel, tropezó , volcando todo el contenido sobre
la veredas; él no llora sobre la leche derramada, pero maldice su
mala suerte y piensa ,! mañana salvo los gastos echando un poco más
de agua a la leche! ¡ Basta la salud!! Hay que saber
sufrir!
Omar Gamarra
Marzo de 2012
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Ocaso de lágrimas
La tarde acompasa su agonía de
otoño
y una lluvia de ocres ensueños
despierta sortilegios,
mientras respiro un huracán de
primaveras
despertando arreboles de coral
en el perímetro de este
holocausto.
Una mariposa de pretérito embrujo
hilvana, indolente, prefijos de
aurora
sobre la almohada infinita
de mis letargos,
acunando luciérnagas
en el crepúsculo de tu mirada.
Y un silencio de sombras y auroras
seduce mis espejos clandestinos
allí, donde duermen estrellas
fugaces,
en este ocaso de lágrimas…
y en el calendario de brújulas y
naufragios
nacen soles que inundaran mil pájaros de
soledad.
Estela Colón
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La risa
Ríe, vamos, ríe, ríe, que tu risa fresca de cada instante
hará mitigar la pena que te aqueja. Ríe, con ganas, que el sol cada
amanecer nos regala sus rayos tibios sobre ciudades con edificios
fríos, y esos mismos rayos se extienden sobre mares y praderas
interminables. Ríe, que la luna con su historia de miles de
milenios, al igual que el sol, nos acompaña con sus facetas diversas
e inspiradoras. Ríe, vamos, ríe, que cada septiembre revientan
millones de capullos, que luego se convertirán en flores perfumadas
y multicolores. Ríe y canta… canta como los pájaros mañaneros que
nos regalan sus trinos fantásticos, cuales aprendices de tenores de
otro mundo maravilloso.
Ríe, vamos, ríe, que contigo están el sol y la luna, las
flores y los pájaros. Están contigo y con nosotros asimismo las
estrellas, los poetas, los soñadores, los niños felices, los
ancianos con memoria.
También está todo lo demás, pero que todo eso no te quite
las ganas de reír.
Carlos
Montanelli
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JUDITH
MUÑOZ
Del libro
“ESPERANZA… SIEMPRE ESPERANZA”
“ Adviento “
Tiempo de
soledad bella y serena
que se ofrece
inmortal y sacrosanto.
Porque es vida y señal inmaculada,
presto embriaga de amor al mundo
entero.
Tiempo de bendiciones y esperanza:
gozosa humanidad que se despierta,
con un nuevo vigor que la
distingue:
por ser más fraternal y solidaria.
Y ser la luz de Cristo el gran
empeño,
¡ el defender la vida un
compromiso!
que nos mueve gentil desde un
Pesebre.
Ésta la invitación y la respuesta:
Amar y trabajar por los hermanos;
¡un tiempo promisorio: es el
Adviento!
Judith Muñoz
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ÍDOLO DE ESPUMA
Nacías en el vientre de tu madre,
mis caricias de padre no sentías.
Tal vez mi juventud o mi
inconsciencia
hicieron que perdiera aquellos
días.
Pasaron nueve lunas, en un
amanecer,
temprano, no bien llegado el día,
se hizo sentir tu llanto en
melodía
y tu presencia en la casa fue
alegría.
Por vivir en un mundo de
ilusiones,
inconsciente me perdí aquellos
días.
Pero fue que en el carruaje de mis
sueños
tirado por corceles de aventura,
se detuvo en tu sonrisa y tu
mirada
y me dejé llevar por tu ternura.
Tomados de la mano caminamos
venciendo cuanto obstáculo surgía,
en cada amanecer una caricia,
en cada amanecer un juego había.
Hoy te pido disculpas si no puedo
acompañar tus juegos como antes,
es la vida, la vejez, quizás los
años
que menguaron mis ansias
desmedidas.
Soy tu “Ídolo” de espuma que se
pierde
en la simple brisa de un suspiro,
que en cada amanecer te está
esperando
y agradece a Dios que hayas venido.
HÉCTOR
MANUEL
GARCÍA
ARIAS
Nely
Laurent
elateneonelidalaurent@hotmail.com
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